April 6, 2025

La Madurez Cristiana

Preacher: Rvdo. Carlos M. Cruz Moya Series: Sermones 2025 Verse: Romans 5:1–5

La Madurez Cristiana

Rvdo. Carlos Cruz Moya  [25:20]
2025-04-06    Romanos 5:1- 5

La vida cristiana nos invita a caminar hacia la madurez y nos pide una fe importante para que esa madurez nos rinda fruto como hombres y mujeres. En todo proceso de vida hay que entrar en la madurez, porque si no entramos en la madurez, la vida nos va a golpear duro, y usted va a buscar justificaciones para sus acciones, que son contrarias aún a lo que debe ser cuerdo.

Romanos 5:1- 5, lectura de nuestra liturgia para esta mañana.

El concepto de madurez, hermanos, en muchas tribus primitivas y de llegar a la adultez, principalmente los varones, jugaba un papel muy importante porque era parte del liderato de esa tribu. Mientras más rápido los jóvenes llegaban a la adultez y más rápido se desarrollaban, más rápido podían asumir el liderato. Recuerden que en esas tribus primitivas la longevidad de vida era muy corta, 30, 35 años. En los taínos llegaba a 35 años los varones. Algún taíno que llegaba a 40 años, olvídese, ese era el anciano, 40, 45 años. Y en las tribus africanas, pues, también la longevidad era muy corta. No tenían las medicinas que nosotros tenemos, no tenían unos cuidados, también estaban amenazados por el ambiente, animales feroces, etcétera, etcétera. Su dieta no era muchas veces buena para mantener una longevidad. Lo interesante es que parte de los rituales para que los jóvenes varones llegaran o se consideraba adultes eran brutales. Estaba leyendo de una tribu en África y no sé qué otra en Papúa, Guinea, que sentaban a los varones en panales de avispas. Entonces, el varón tenía que aguantar para demostrar que era varón, que era un hombre, ¿verdad? A mí me hubieran clasificado como nenita, porque definitivamente yo no iba a aguantar eso, ¿oyó? Otras tribus en África entraban en un cubículo y había otros varones esperándolos para entrarle a golpes y romperle los dientes. Bueno, olvídese, yo leí unos rituales que paran los pelos.

 

[2:20] Pero en todo proceso de vida hay que entrar en la madurez, porque si no entramos en la madurez, la vida nos va a golpear duro, y usted va a buscar justificaciones para sus acciones, que son contrarias aún a lo que debe ser cuerdo, ¿oyó? La vida cristiana nos invita a caminar hacia la madurez y ejerce, o nos pide, una fe importante para que esa madurez nos rinda fruto como hombres y mujeres.

 

[3:10] Oramos. Te damos gracias, Señor, en esta mañana, que tú me permites exponer tu palabra. Perdóname porque te he sido infiel, pero tú permaneces fiel. Escóndeme bajo la sombra de la cruz y que tu nombre sea glorificado. Ayúdanos, Señor. Ayúdanos en esta mañana. Porque, sinceramente, me faltan fuerzas y necesito de ti en esta hora. Bendice a mis hermanos y que tu palabra llegue a sus corazones. Por Cristo Jesús. Amén.

 

[4:08] ¿Saben? Esta mañana voy a utilizar un poco la nueva versión internacional porque lo dice un poquito más claro que Reina Valera. En el versículo 1, dice la nueva versión internacional, en consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Cuando la traducción dice en consecuencia, significa que ha estado discutiendo unos aspectos anteriores. En la carta. Y esos aspectos tenían que ver con la ley, con los judíos, con los gentiles y la justificación. Y cómo Abraham se justificó por la fe.

 

Y cómo, al mismo tiempo, la Biblia nos dice que nuestra aceptación radical hacia Dios, para que Dios nos acepte, es el cumplimiento perfecto de la ley. Por lo tanto, el apóstol Pablo, en Romanos 2.13, presentó un problema. No son los oidores de la ley los que serán justificados, dice el apóstol Pablo, sino los hacedores de la ley esos serán justificados. Y venía el contraste, porque el judío no podía cumplir la ley. Y Pablo lo demostraba. Y por lo tanto, el gentil tampoco. Entonces, toda la raza humana está sobre ella la ira de Dios. Y Pablo quiere presentar una solución a ese problema. Y después que presenta los argumentos por medio de Abraham, de la justificación por la fe, entonces eleva el discurso. Eleva el discurso. Y nos presenta un camino mejor. El mejor camino que hay, establecido por Dios. Por eso dice, en consecuencia, a base de todo lo que yo he discutido anteriormente, nosotros somos justificados mediante la fe. Esa fe que no es la que salva. El que salva es Cristo. La fe es aquella mano que toma a Cristo y cree firmemente en su sacrificio. Y entonces establece, no solamente redención, sino también paz con Dios.

 

[7:06] R C Sproul nos dijo una vez, cuando eso nos dijo, no fue a mí, al cristianismo, nunca lo conocí, bueno, lo conocí personalmente, pero hace muchos años, que Cristo nos libró de la ira de Dios. Dios estaba contra nosotros. Dios tenía que cumplir su justicia. Y por lo tanto, la ira de Dios estaba sobre nosotros. Y solamente se esperaba la consecuencia y el castigo y la maldición de la ley, que es la muerte. La muerte no solamente física, sino también eterna.

 

[7:56] Pero dice que ya tenemos paz con Dios, no por nuestros méritos, sino por la obra de Cristo. Por nuestro Señor Jesucristo, el que entregó la vida por nosotros. Ahora mire cómo dice el versículo 2. También por medio de él, de Cristo, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Cuando habla acceso a la gracia, tenemos que verlo en dos vertientes. Uno, que tenemos acceso al favor de Dios. La palabra gracia significa favor inmerecido. Usted y yo no lo merecíamos. No lo merecíamos. Por eso se llama gracia.

 

[8:58] Y segundo, tenemos acceso libre a Dios, por medio de Cristo. Cuando Roma, la Iglesia Católica Romana, estableció todas sus reglas de confesiones, y a través de sacerdotes, y todas esas cosas, y perdón por medio de la Iglesia.  Y tenemos acceso a Dios. Y Roma había inventado diferentes escollos para llegar a Dios.

 

[9:27] Los reformadores nos enseñaron que esos escollos desaparecen. Aquí no hay sacerdotes, aquí no hay oraciones por los muertos, aquí no hay nada de eso. Nosotros tenemos libre acceso a Dios, como dice Pablo aquí, al trono de Dios. ¿Y por qué dice por fe, Roma? Por fe. Porque usted no ve el trono de Dios. O usted no ve cuando usted ora. Usted acepta la gracia de Dios, que usted es libre para entrar, por fe. Porque usted no siente nada. Usted se levanta de orar, o termina de orar, o termina de pedirle al Señor, y sale afuera, y usted sabe que usted sigue siendo el mismo pecador. Pero cree por fe que Dios lo ha escuchado, por los méritos de Cristo. Cree firmemente eso.  Porque Cristo le dio acceso al trono de Dios, y le dio acceso a la gracia de Dios.

 

[10:30] Ahora, mire lo que nos dice aquí. {>} Así que, nos regocijamos, felicidad, somos felices, dice el apóstol Pablo, en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Entonces, esa fe, escuche bien, esa fe nos lleva a la esperanza. Esa palabra que utilizamos tanto, ¿verdad? La palabra esperanza viene de esperar. Pero hay esperanzas falsas, y lamentablemente mucha gente cae en esas esperanzas falsas.

 

Hace poco estaba viendo un documental de personas que habían invertido en oro, creo que fue en España, un asesor de eso que vendía oro. Hicieron reuniones y todos tenían filmaciones de la reunión, y tenían todas esas cosas que hacen ahora, y las presentaciones en PowerPoint, y todo el mundo invirtiendo porque iban a comprar oro. Y se habían perdido ya 84 millones de dólares. La gente no había recuperado su dinero. El Interpol estaba persiguiendo a estas personas, que habían engañado, una falsa esperanza.

 

[12:00] Nunca se olvide, hermano, que cuando algo suena demasiado bueno, es mentira.Pero usted puede pensar, alguien puede estar pensando por ahí, pero pastor, lo que usted está diciendo es demasiado bueno, usted está diciendo que Dios nos perdonó en Cristo. El problema es, mi hermanito, que yo no le estoy ofreciendo nada, yo le digo lo que Dios dice, y Él fue el que nos ofreció esto. Pero aún más, Él no huyó, Él garantizó con su vida esto. Por lo tanto, esto que se suena demasiado increíble, es increíble y es verdad. Porque Dios fue el garantizador, Dios es el fiador, Dios es el que muere, y Dios es el que vence la muerte. Por lo tanto, esto sí es verdad, y lo grande de todo esto, que es gratis. Allá tuvieron que invertir, y perdieron millones de dólares comprando oro que nunca apareció. Acá, el oro lo compró nuestro Dios. Por eso que la esperanza, que nos habla el apóstol Pablo, de alcanzar la gloria de Dios, es verdad. Nosotros esperamos alcanzar la gloria de Dios. Nosotros nos dirigimos hacia la ciudad celestial. Nosotros estamos seguros de los méritos de Cristo.

 

Nosotros estamos seguros que Dios nos declaró justo por los méritos de Cristo. Nosotros estamos seguros que tenemos acceso a la gracia de Dios y a su trono, como dice el autor de Hebreos.

 

[13:45] Ahora, mire el versículo 3. Y no sólo en esto, no solamente en esta esperanza, no solamente en todo esto, dice el apóstol Pablo, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia. Aquí todo está bien chévere. El apóstol Pablo nos habla del sufrimiento. {<} El sufrimiento tiene varias características. Puede ser sufrimiento que usted se buscó, como los que están sufriendo ahora por todos los millones que perdieron por comprar oro. Pueden ser sufrimientos que llegan de momento a su vida y usted no entiende por qué llegan. Pueden ser sufrimientos extensos en la vida del creyente. Pero el apóstol Pablo nos dice que esos sufrimientos producen perseverancia. ¿Por qué perseverancia? ¿Por qué el sufrimiento no nos hace correr y salir de aquí? Y decir, esto fue lo que usted me vendió. ¿Por qué ese sufrimiento crea en nosotros un carácter?

 

[15:18] Mire el versículo 4. La perseverancia produce entereza de carácter, dice el apóstol Pablo. La interesa de carácter, esperanza. Entonces, mire la cadena.

 

¿Sabe, hermano? Yo empecé con dos anécdotas de la madurez en tribus. Y puede ser que alguno de ustedes, expertos en sermones, no estoy diciendo en forma sarcástica, que saben, deben estar pensando, ¿y qué tiene que ver lo primero con todo lo que dio el pastor? Posiblemente ustedes oyeron esta anécdota. Así que tengan paciencia y escúchenla de nuevo. Hay otra tribu que tiene otra práctica para hacer a los muchachos hombres. Los muchachos son llevados a un bosque, un área alta, lleno de lobos. Y los muchachos tienen que ponerse una venda. Y tienen que pasar la noche en ese bosque sin quitarse la venda. Y solamente se la pueden quitar cuando sientan los primeros rayos del sol. Yo con el pánico que debo tener, yo siento a la hora los rayos del sol. Y me preguntan, ¿por qué te quitaste la venda? Es que sentí los rayos del sol. Oiga, y cuenta la historia de un joven que fue llevado allá. Su papá lo lleva, le dice, bueno, esto es lo que es, le da las instrucciones. Y recuerda, tienes que defenderte de esos lobos, tú sabrás. Pero no puedes quitarte la venda. Porque si no, no eres hombre y tienes que salir de la casa. Los hombres que están aquí no saben lo maravilloso que es nacer en el mundo occidental. Ni le pasa por aquí. El papá se va y el joven, pues, está tranquilo. Y de momento oye los ladridos y el grujido de los lobos que se van acercando. Y él tiembla. Y al mismo tiempo oye a los lobos peleando por la presa, que es él. Y los grujidos y los ladridos son terribles. Yo no sé si usted ha visto un lobo, por lo menos en películas. El que ha tenido a German Shepard aquí, sabe que los colmillos del German Shepard son significativos. Usted no ha visto los colmillos de un lobo. Están hechos, creados para desgarrar carne. Creación. Diseño inteligente. En fin, él oye todo ese problema. Trata de oír. Y él choca, tropieza y decide quedarse quieto. Y que venga lo que venga. Van pasando las horas y le dan los primeros rayos del sol. Y se quita la venta. Alrededor de él hay por lo menos siete, ocho lobos muertos. Heridos. Sangrantes. Y encima de una piedra, su padre. Su padre que mató a los lobos por defender la vida de su hijo. Porque esa es la prueba. La prueba es que no te quites la venda. Que confíes.

 

[19:43] ¿Sabe algo, hermano? Así es Dios. No lo vemos. No lo vemos. Pero está ahí, defendiéndonos de los lobos. Esa es la madurez. Esa es la esperanza. ¿Oyó, hermano? Es el caminar en fe sabiendo que Dios, aunque no lo vemos, aunque no lo sentimos, aunque lo que oímos son lobos y cosas terribles alrededor de nosotros, aunque el sufrimiento, porque no me diga que el joven no sufrió, la angustia y el sufrimiento que él experimentó, lo convirtió en hombre. Y nosotros tenemos que entender estas palabras del apóstol Pablo. Perseveramos sabiendo que el sufrimiento produce perseverancia. La perseverancia entereza de carácter.

 

Porque el joven no huyó. Se mantuvo allí y en un momento se rinde. Pero con la venda en los ojos. Y su padre, sin él saberlo, lo estaba defendiendo. Eso nos crea la esperanza. Si Dios nos defiende aún en la oscuridad más profunda, sabemos hacia dónde vamos. A la luz más maravillosa.

 

[21:21] Pero aún más. Escuche, hermano. Y mire cómo dice el versículo 5. Y esta esperanza no nos defrauda. ¿Se acuerda lo que hablamos ahorita? De la inversión en oro. Esperaban hacerse ricos rápido. Hermano, hay varias formas de hacerse ricos rápido, ¿oyó? Lo que pasa es que todas son. Una nada más es facilísima. Pero hay muchas formas de hacerse ricos rápido. Y la mayoría son ilegales. Y cuando nuestra vida se envuelve, como yo tuve estudiantes universitarios que admiraban en el área donde ellos vivían, eran áreas de depresión económica y de muchos problemas sociales. Usted veía jóvenes universitarios. No estoy hablando de admirando al líder del punto. Y cómo ya tenía un carro caro a su edad. Y tenía prendas y joyas. Y yo trataba de decirle, tu ídolo le quedan dos años de vida. Tres años de vida. ¿Usted cree que escuchaban? Esa esperanza que defrauda. Esa esperanza que destruye. Esa esperanza que no nos lleva a ningún lado. No es la esperanza de la fe cristiana. No es la esperanza del carácter construido en medio del sufrimiento y la fe del creyente. Como dice el apóstol Pablo. Y esta esperanza que no nos defrauda. Porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. Y no solamente nos ha dado la fe y ha cambiado nuestra vida. Sino que la tercera persona de la Trinidad nos ha convencido y hace morada en nosotros.

 

Y sabemos que Dios nos ama profundamente. Y en medio de la oscuridad de cualquier bosque, allí está nuestro Padre para defendernos. Y tenemos las arras del Espíritu, como dice el apóstol Pablo en Efesios.

 

¿Sabe algo, hermano? Yo le invito a madurar, ¿oyó? Todos tenemos que madurar en algo, yo también. Pero que sea la madurez que nos habla la Escritura en fe, confiando en la gracia de Dios. Confiando en el derramamiento del Espíritu Santo en nuestra vida. Siguiendo su ley, su santa ley, que es el carácter de Dios. Y si nosotros tenemos el carácter de Dios, nuestro carácter se va a transformar. Y en esa transformación única, un día veremos a nuestro Rey cara a cara. ¿Sabe lo que nos va a decir? Ven, buen siervo fiel. En lo poco fuiste fiel y en lo mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor.Amén.

 

[24:52] Gracias te damos, Señor. Y te pedimos en esta hora, en el nombre de Jesús, que esta palabra esté impregnada en nuestra vida. Por el Espíritu de Dios, en nombre de Jesús oramos. Amén.

 

Estamos en silencio, hermano, estamos en comunión en esta hora. Amén.   [25:20]

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